La música contra el odio

Cuanto procura placer a los sentidos es sospechoso a los ojos del fundamentalismo religioso. Tras la prohibición impuesta por los talibanes, la música afgana ha empezado a recuperar el papel que merece no sin enconadas resistencias por parte de ciertos guardianes de la fe que en ocasiones no se contentan con palabras y recurren al derramamiento de sangre. Ser músico en Afganistán es una profesión de riesgo: sin duda requiere más valor pulsar una cuerda o golpear un tablá que apretar un gatillo.

Fuente: https://youtu.be/cdccgEBG9RI



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